martes, 24 de abril de 2018

Teatro en Siria

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Algo se nos ha representado en Siria la madrugada del sábado 14 de abril, con el ataque coordinado de Estados Unidos, Reino Unido y Francia en teórica respuesta al uso previo de armas químicas por parte de Báshar al Ásad que no ha sido certificado por organización independiente alguna.
Todo indica que el reciente lanzamiento y caída sobre Siria de 110 misiles ha sido una representación, sin justificación ni sentido militar, anunciado una semana antes, sin víctimas ni objetivos claros, sin pretensiones de cambiar el régimen ni la relación de fuerzas; juzguémoslo entonces en términos teatrales: público, escenario, actores, libreto, claque.
Públicos. Las personas a las que se ha dirigido este mensaje explosivo no son los sirios, que llevan siete años de guerra, medio millón de muertos y el ataque no varía en ningún sentido sus circunstancias, sino que parece ir destinado a las opiniones públicas de los países atacantes. Este ejercicio de fuerza militar controlada persigue fortalecer la imagen de estadista tanto de Donald Trump, acosado por jueces, actrices porno y hasta un exdirector del FBI; la británica May, en minoría parlamentaria y unas negociaciones del Bréxit muy poco favorables; como de un Macron con la calle revuelta y necesitado de acciones exteriores a la altura de sus discursos.
Libreto. Como en cualquier intervención militar, se ha lanzado también un mensaje relacionado con el comercio de armamento. Entre lo poco que se ha contado figura el uso por parte de EEUU de un avanzado misil más inteligente aún que sus compañeros de arsenal; también Francia diríamos que ha estrenado en combate figurado una fragata invisible; y sobre EEUU ya dejó escrito su presidente que utilizarían "buenos, nuevos e inteligentes" misiles. Un efecto secundario del ataque podría ser además la demanda creciente del sistema ruso de misiles S-400.
Para el público sensible a la economía, el ataque ha contribuido además a mantener el precio del petróleo a precios interesadamente altos.
Actores. Las circunstancias especialmente inaceptables del uso de armas químicas obliga a estos tres países a intervenir en un conflicto... en el que no han dejado de intervenir durante los últimos siete años, los tres bombardean regularmente Irak y Siria en la lucha contra el Estado Islámico, EEUU tiene 2.000 militares sobre el terreno, Francia está presente en la zona desde comienzos del siglo XIX y Reino Unido es la otra expotencia colonial y basta con recordar que tiene en propiedad una parte de la isla de Chipre en formato de base militar. Ningún conflicto en Oriente Próximo tiene exclusivamente actores domésticos, suelen participar junto al Gobierno propio y sus oposiciones los tres del teatro de abril y como novedad la reciente expansión de Rusia e Irán fruto del desastre provocado por la invasión de Irak más en los últimos tiempos el intervencionismo exterior de Arabia Saudí y Turquía.
Escenario. En esta geografía España participa con su mayor contingente militar en el exterior desde 2006 en la misión de Naciones Unidas en el sur del Líbano (700 militares); mantiene desde 2014 en Turquía una batería de misiles en una misión OTAN no está claro con qué objetivo; y va engordando un contingente militar en Irak que ya sobrepasa los 500 militares en una coalición internacional contra el Dáesh que se nos dice ha sido vencido ya en el país. La Armada además despliega medios navales con los destructores norteamericanos domiciliados en Rota y que participaron en el ataque con misiles.
Claque o clac (del francés claque, "bofetada")​ es el nombre que de modo convencional recibe el grupo de individuos pagados para aplaudir en los espectáculos, bien como cuerpo organizado contratado en las salas de teatro y ópera, o figuradamente los que aplauden o animan a alguien de forma incondicional.
España por tanto tiene una importante presencia incluso militar sobre el terreno, aunque no se considera a sí misma un actor. La respuesta oficial al ataque no destaca sobre el coro que lo ha apoyado sin crítica ni aportación alguna.
Los comunicados oficiales tras el ataque con misiles de EEUU, Francia y Reino Unido contra Siria mencionan que no existe solución militar al conflicto, sino política (también aquí, déficit de política); y destacan todos la legitimidad de la acción, no su legalidad inexistente, lo que iguala al trío con quienes viven al margen de la legalidad internacional.
Hay una víctima de calado además en todo este proceso, que es la Defensa europea de la que tanto se viene hablando en el último par de años y que se ve reducida en sus expectativas más ambiciosas a conseguir economías de escala en el desarrollo o adquisición de armamento. Tres días después del teatro sirio, Emmanuel Macron pronunció un discurso rabiosamente europeista en el Parlamento Europeo, que nadie ha puesto en relación con su actuación militar unilateral en Siria al margen de sus socios económicos y políticos.
La Unión Europea y las Naciones Unidas presiden en unos días la segunda Conferencia «Apoyar el futuro de Siria y su región», que se celebra en Bruselas los días 24 y 25 de abril.
Dicen los convocantes que "mientras la guerra de Siria entra en su octavo año, la situación humanitaria sigue empeorando. Más de trece millones de sirios están ahora necesitados de ayuda humanitaria y hay más de cinco millones de refugiados sirios desplazados fuera del país".
En este contexto, la Conferencia se propone movilizar ayuda humanitaria para los sirios que se encuentran en el interior del país y en los países vecinos. "En la Conferencia también se intentará recabar apoyo político para el proceso de paz conducido por las Naciones Unidas".
La Conferencia reunirá a participantes de más de ochenta y cinco países y organizaciones, a nivel ministerial.
"La UE mantiene su empeño en encontrar una solución política duradera al conflicto de Siria dentro del marco vigente acordado por las Naciones Unidas. Como se declara en las Conclusiones del Consejo adoptadas el 3 de abril de 2017, la UE está convencida de que no existe una solución militar para el conflicto y apoya firmemente la labor del enviado especial de las Naciones Unidas y las conversaciones mantenidas entre las partes sirias en Ginebra". Pues eso.
La representación tiene dos acepciones en el diccionario: una es teatro, imagen o idea que sustituye a la realidad; tiene también otra política, la delegación de poder que reciben los cargos electos tras el voto de los ciudadanos. El ejercicio del poder tiene claramente una parte de representación teatral, pero no puede ser la única ni la principal. Las simulaciones con medios militares, aparte del peligro evidente de provocar víctimas humanas, son además tremendamente costosas para el presupuesto y para el prestigio que necesitan cuando son realmente necesarias.
Última hora: imitando el comportamiento de Cristina Cifuentes con el máster regalado que niega que le regalaran, el Gobierno sirio ha devuelto la Legión de Honor que Francia concedió al presidente Báshar al Ásad cinco minutos antes de que se lo quitaran, como ya hizo el Gobierno francés con el ciclista dopado estadounidense Lance Armstrong. La simulación también en la concesión de títulos acaba chirriando ya se produzca en Vicálvaro, París o Damasco.

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viernes, 13 de abril de 2018

Terrorismo a la baja

Artículo de opinión publicado también en infoLibre / Blog Al revés y al derecho.
Ilustración de Harry Campbell para The New York Times de 13-4-2018.
La misteriosa explosión de cinco artefactos este mes de marzo en Texas en una serie de ataques con paquetes bomba, que provocaron dos muertos y cuatro heridos, acabó finalmente con el suicidio de su responsable cuando iba a ser detenido. Resultó ser un vecino de 23 años y las crónicas sólo nos han contado que el joven fue educado en casa por sus padres en su adolescencia y que entre 2010 y 2012 asistió a la universidad en Austin pero no terminó sus estudios.
Con este suceso ha vuelto a surgir el debate en EEUU sobre cuándo y cómo aplicar el término terrorismo a un suceso violento, cuestión intermitente que también aparece en las matanzas en colegios, institutos o conciertos con armas de guerra.
Lo mismo ha ocurrido a comienzos de abril en la ciudad de Münster (Alemania), donde un individuo arrasó con la furgoneta que conducía la terraza de un restaurante con el resultado de dos muertos y una veintena de heridos. El atacante, que también se suicidó, resultó ser un alemán de 48 años con historial médico inquietante, y a pesar de la prudencia con que en ese país se reacciona informativamente a este tipo de sucesos, por parte del Gobierno, leemos que el asunto hizo "revivir en Europa durante horas el fantasma del terrorismo".
La impresión de que sucesos muy similares son tratados de forma distinta dependiendo de la nacionalidad y religión del autor se confirma con estudios recientes.
Un informe del norteamericano ISPU (Institute for Social Policy and Understanding, trabajo conocido a través del periódico The Intercept) revela que los sucesos violentos con víctimas en EEUU en los que está involucrado una persona musulmana reciben sentencias tres veces más largas y una cobertura en medios siete veces mayor que los casos sin participantes de esa confesión.
La directora del estudio referido opina que "en el fondo, la cuestión es qué consideramos amenazante como sociedad y a qué tememos. Lo que se observa a menudo es que cuando un delito es cometido por un miembro del grupo dominante o privilegiado de cualquier sociedad, se justifica como una aberración, mientras que los delitos cometidos por miembros de otro grupo secundario se consideran patológicos y representativos de ese colectivo en su totalidad", y esto afecta también a tribunales y periodistas.
Llevamos dos décadas al menos con una omnipresencia mediática, judicial y política del terrorismo, aún más en España desde la llegada de Rajoy a la presidencia y la reforma del Código Penal de 2015, con titiriteros, raperos y ahora manifestantes independentistas acusados de terrorismo; homenajes permanentes a las víctimas y de ellas (Cristina Cifuentes acaba de recibir un reconocimiento de la AVT), mayor número de procesos judiciales y sentencias por apología del terrorismo hoy que cuando ETA asesinaba a una persona cada tres días.
Asistimos a tanta referencia al terrorismo que ha perdido gran parte de su significado original.
Lo sorprendente es que también existen indicios de que el terrorismo puede estar tocando techo como causa general de todo tipo de temores y justificación omnicomprensiva de todo tipo de políticas, la de interior, la exterior, la educativa, los despliegues militares, el presupuesto de Defensa, del contenido de la televisión pública y de los plenos municipales.
Desde el punto de vista informativo ya aparece otro tipo de violencias compitiendo con éxito en el espacio mediático, asesinatos de niños, violencia sexual y los sucesos violentos que llenan los telediarios.
En el ámbito exterior, con el Estado Islámico en horas operativamente bajas, en proceso de mutar hacia otro estado con minúscula hoy desconocido, ya no funciona la misma plantilla -nunca lo hizo, pero se ha hecho más evidente- para explicar la violencia en el norte de Nigeria, Malí, Egipto, Siria, Afganistán y el metro de Tokio.
Pero quizá quien más está contribuyendo a cambiar la perspectiva sobre la fuente de amenazas y violencia en el planeta se llama Donald Trump.
El presidente de EEUU marca la agenda internacional y parece poco aficionado al terrorismo como recurso argumental, aparenta en sus amenazas tuiteras mayor afición a pulsos nucleares con Corea del Norte, a guerras comerciales con China, vuelven los aranceles (que no tarifas, eso es una mala traducción) que impulsan hoy los que hasta ayer apadrinaban la globalización, aparecen militares en la frontera con México..., y hasta un enfrentamiento con Rusia, una relación peor que en la guerra fría, dice, quién lo hubiera adivinado con las buenas conexiones que mantenía antes de ocupar la presidencia.
En un escenario profundamente transformado en los últimos años, algunos actores insisten en representar la misma función, y así volvemos a contemplar bombardeos en Oriente Próximo al hilo de investigaciones sobre el comportamiento sexual del presidente de EEUU, en el caso de Clinton era una becaria, en el de Trump son actrices porno; el primero bombardeaba Irak, el segundo Siria.
Si se confirma el repliegue del terrorismo como coartada universal para explicar todo tipo de violencias y justificar el recorte de derechos, nos permitirá afinar el argumento y los matices en la explicación de la actualidad.
En la base española de Rota, Trump tiene domiciliados cuatro destructores que en teoría forman el componente naval de un escudo antimisiles. A la búsqueda de misiles de los que protegerse, estas cuatro grandes fragatas parece que muestran una actitud más ofensiva que la defensiva que se espera de un escudo, y una autonomía poco respetuosa con el casero.

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martes, 3 de abril de 2018

Lo que el comercio de armas ha unido...

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Entre las muchas crisis vividas en la última década hubo una llamada de deuda, los países no tenían credibilidad ante los mercados financieros, y en aquella situación pues el responsable de un fondo de inversiones digamos de jubilados norteamericanos se sentaba frente a un presidente del Gobierno europeo en posición de fuerza. Nunca sabremos qué pesaba más por su parte en la negociación, si eran los pensionistas, la rentabilidad de la inversión o su futuro como gestor de grandes fondos.
Segundo elemento para crear ambiente: cualquier Administración pública recibe con los brazos abiertos a unos inversores decididos a poner en marcha un proyecto empresarial supongamos de 30 millones de euros que requerirá para rentabilizarse de cien puestos de trabajo (el empleo es siempre un efecto secundario), se le concederán subvenciones hasta el límite legal y presupuestario, se facilitarán trámites urbanísticos y laborales, porque es potencialmente beneficioso, se crea empleo y actividad económica que genera impuestos.
Hasta aquí tenemos la obviedad del poder financiero y empresarial sobre el poder político, aunque es muy raro que la relación sea conflictiva sino de colaboración y de interés compartido, salvo casos extremos, quizá aquél de la deuda a comienzos de la década. La enfermedad de la relación se llama puertas giratorias, que siembra la sospecha sobre decisiones pasadas.
Por lógica lo anterior es de aplicación a un sector industrial potente como el formado por las empresas tecnológicas de defensa, aeronáutica y espacio, como se autodenominan. Y por lógica cuánto más poderosa sea la industria militar en un país pues más pesará sobre las decisiones que toman sus responsables políticos y los socios comerciales que eligen, pensemos en EEUU.
Concretando, España es el séptimo exportador mundial de armamento, en datos de los últimos cinco años acumulados en los informes del think tank sueco Sipri. Siguiendo esta fuente, el comercio internacional de armamento se ha incrementado entre 2013 y 2017 un 10%; en el mismo periodo, las exportaciones españolas han crecido un 12%, principalmente a Australia, Turquía y Arabia Saudí.
España, que es la 14 economía del mundo en tamaño, adelanta en venta de armamento a países que nos superan en PIB como Japón, India, Brasil, Italia, Canadá, Corea del Sur o Australia.
Un lugar muy honroso el séptimo, que como todo tiene matices, porque los países no exportan sino que lo hacen empresas, y en el caso español esas empresas, las principales, o son públicas (Navantia), están participadas por el Estado (Indra) o son un consorcio europeo con participación pública (Airbus). Otras empresas privadas dependen en su exitosa trayectoria de programas públicos, porque el mundo de la defensa se juega más en los pasillos de los ministerios que en la opinión ciudadana, de ahí el limitado interés que muestran por la comunicación convencional o que se anuncien 10.000 millones en programas de armamento con los jubilados en la calle de manifestación.
Lo de las empresas públicas merecería un capítulo propio, suelen ocupar una zona gris donde los gestores más avispados sobreviven a cambios de Gobierno, son ajenos a las consecuencias de errores gigantescos de gestión (submarino S80; también hay aciertos, como los tanqueros que Airbus fabrica en España), viven lo mejor de los dos mundos público y privado sin compromiso con ninguno.
Concretando más, España vende al extranjero sobre todo plataformas navales y plataformas aéreas (pocos países pueden fabricar barcos y aviones), que integran luego tecnología de otros orígenes, también española, pero mucha norteamericana y del resto de Europa (entre ella del Reino Unido, ¿tendrá aranceles en un par de años?).
A nivel mundial, ¿quién vende?
Un tercio de las exportaciones mundiales de armamento proceden de EEUU, con un espectacular crecimiento del 25% en el último lustro, y de esa nacionalidad son siete de las diez primera empresas en este sector por ventas, encabezadas por Lockheed Martin, Boeing y Raytheon. EEUU vende a Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Austria, que encabezan una larga relación de 98 Estados con los que hizo negocio en ese periodo.
EEUU exporta el doble de armamento que el segundo clasificado, Rusia, con tasas negativas en el último lustro, que vende a India, China y Viet Nam.
Siguiendo con la clasificación de principales vendedores y sus clientes primeros, Francia es el tercer exportador mundial de armamento que se dirige a Egipto, China e India; sigue Alemania, que tiene como clientes más potentes a Corea del Sur, Grecia e Israel; China vende mucho a Pakistán, Bangladesh y Argelia; y Reino Unido a Arabia Saudí, Omán e Indonesia. Y luego España, séptima, con matrimonios comerciales muy estables.
¿Quién compra?
Aún más ilustrativo de cómo está el mundo es quién compra armamento, y destacan dos áreas que destinan ingentes recursos a estas mercancías, el subcontinente indio y Oriente Próximo.
India es el primer comprador mundial de armamento y Pakistán el noveno; Arabia Saudí es el segundo importador planetario, seguido de Egipto (ambos han triplicado su compra de armas en un lustro) y Emiratos. Fin de la cita.
El peso de la industria de defensa se percibe en decisiones de política industrial, innovación y desarrollo tecnológico, empleo, político exterior y despliegues militares, también sobre equipamiento de las Fuerzas Armadas. No es el único elemento en juego, pero cuanto menor criterio propio o fuerza tenga el responsable político, mayor éxito tendrán los que defienden intereses privados o corporativos. Las simbiosis raramente benefician por igual a las dos partes.
Como sucede con las hipotecas y las parejas de humanos, las relaciones que genera el comercio de armamento son mucho más fuertes que cualquier alianza civil o religiosa. Sólo así se explica que Grecia haya seguido comprando armamento a Alemania en los últimos años de crisis, por ejemplo; y en este contexto si las mujeres saudíes conducen hoy o el año que viene, si lo hicieron hasta 1978 o lo harán en 2078, pues nada tiene que ver con las relaciones comerciales. Universos paralelos.
Algún especialista sugiere que las redes de poder que nos parecen censurables hay que intentar desactivarlas, y crear otras alternativas.

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