lunes, 13 de junio de 2016

Libertad sin ira


Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
El diputado del Partido Popular por Cuenca Rafael Catalá, funcionando los últimos meses como ministro de Justicia, ex director general de Función Pública con un ministro llamado Rajoy, ex secretario de Estado de Infraestructuras con una ministra llamada Pastor, fue entrevistado hace no mucho en Radio Nacional de España y se le dio la oportunidad de elegir un tema musical de despedida; eligió  "Romance de Curro El Palmo", de Joan Manuel Serrat, interpretado por Antonio Vega ("Ay, mi amor, sin ti no entiendo el despertar...").

Dicen los viejos que en este país hubo una guerra
y hay dos Españas que guardan aún,
el rencor de viejas deudas.

En estos momentos, las hormonas de dos adolescentes en algún rincón de España van dando saltos como cachorros de perro al ritmo de la música que comparten, y eso les unirá hasta la edad adulta aunque entonces defiendan una ideología política opuesta, aunque sean funcionario de prisiones y preso, asesino y víctima, consejero delegado y conductor.

Dicen los viejos que este país necesita
palo largo y mano dura
para evitar lo peor...

Hubo tiempos de canción protesta cuando los cantautores parecían poder cambiar la realidad a guitarrazos y Luis Pastor hacía temblar el Plan General de Ordenación Urbana. Hay música que une, fondos musicales de ascensor y también recursos musicales teatrales. Por la versión radiofónica de Estrella Digital descubro que Ronald Reagan ganó las elecciones con fondo sonoro de Bruce Springsteen.

Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla
Dolor y miedo

Los miembros de un partido conservador hispano canturrean, dan palmas y bailotean con el sano objetivo de hacer festivas y creíbles sus piezas de teatro, al ritmo de una canción idealizada, que muchos identifican con su juventud lejana y sitúan en un momento histórico en el que no se tenía conciencia de esa historia, cuya autoría atribuyen erróneamente a un político que había decidido crear un fondo musical para una ceremonia de suicidio colectivo que nunca se produjo.

Gente que sólo desea su pan,
su hembra y la fiesta en paz...

Cuentan los periódicos de la época que a orillas del Turia algunos de esos conservadores recibieron al Papa de más allá de los Alpes con grandes golpes de pecho, mientras se enriquecían facturando a doble coste la puesta en escena, el ceremonial más elaborado de la época.

Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.

Algunos de aquellos respetables ciudadanos compaginaban el fraude con su atareada agenda de presencia constante en los medios de comunicación y parlamentos donde pontificaban sobre el fin del mundo del vecino y el paraíso terrenal de su escalera. Su formación e inteligencia les acreditaba pericia suficiente para financiar con los recursos de la comunidad de vecinos sus propias fechorías.


Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana,
y no es posible que así pueda haber
Gobierno que gobierne nada.

En la primavera del 16 algunos gobiernos regionales tuvieron la osadía de hacer públicas sus intenciones, destinar más recursos públicos a las escuelas públicas y congelar los fondos también públicos que recibían las privadas, lo que enojó enormemente a aquellos conservadores de doble personalidad.

Dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta,
que todos aquí llevamos
la violencia a flor de piel.

Dispuestos a desfacer agravios, socorrer viudas, amparar doncellas, de aquellas que andaban con sus azotes y palafrenes y con toda su virginidad a cuestas, de monte en monte y de valle en valle -robando palabras a don Miguel-, la muchachada conservadora tomó la calle en manifestación, una costumbre intermitente que practicaban y olvidaban según las legislaturas, ahora recuperada por la enseñanza católica.

Pero yo sólo he visto gente muy obediente
hasta en la cama.
Gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras y en paz...

Por momentos, las andanzas de muchos integrantes de aquella panda conservadora recordaban a otras aventuras de un loco que paseó por la Mancha, pero era una falsa analogía. Don Quijote creía en lo que hacía y no pretendía engañar a nadie. Sus imitadores de tercera bien sabían que tenían una doble vida y únicamente parecían sinceros aquellos pocos que eran detenidos en el preciso segundo que veían claramente y no conseguían comprender cómo iban a pasar una temporada en la cárcel.

Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira,
porque hay libertad, sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.

Pasadas alrededor de cuatro décadas, un cronista hizo un cálculo matemático y descubrió que más de veinte millones de sus contemporáneos, cuatro de cada diez, no habían nacido cuando las radios comenzaron a emitir la cancioncilla de marras.

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá.


Aquí se puede contemplar al PP valenciano cantando por Jarcha en una manifestación el pasado 22 de mayo en defensa de la enseñanza privada. Se advierte al lector de que el vídeo puede producir adicción, lleva 150.000 pinchazos.

Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira,
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá (bis).

Si el PP intenta apropiarse de la Transición y Podemos se declara ahora socialdemócrata quiere decir que se hace necesario encontrar nuevas etiquetas para clasificar la realidad política, las conocidas no funcionan o no reflejan; tampoco queda claro el matrimonio entre música y orientación política, más allá de la sintonía generacional.

Sugerencias



No hay comentarios:

Publicar un comentario